El sitio web oficial de St. Moritz afirma que es mucho más que un simple destino para practicar deportes de invierno, ¡y tienen toda la razón!
Esta impresionante ciudad alpina suiza es, de hecho, el lugar donde nació el turismo de invierno, que se remonta a 1864 como resultado de una apuesta entre un hotelero local y un grupo de turistas británicos. En resumen, el hotelero ganó, y desde entonces la gente ha acudido en masa a visitarla.
Anteriormente, St. Moritz se había ganado la reputación de ser un balneario de verano, gracias a sus manantiales minerales, conocidos por sus supuestas propiedades curativas desde el siglo XVI. St. Moritz también es conocido por sus abundantes días soleados. Tanto es así, que el sol se convirtió en un emblema legalmente protegido de la ciudad en 1930. Además de relajarse, los meses de verano también son el momento perfecto para disfrutar del senderismo, el golf y los deportes acuáticos.
Pero volvamos a las mágicas temporadas invernales de St. Moritz, que ha sido sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en dos ocasiones y de James Bond en una, en la escena de persecución en esquí de La espía que me amó. Además de ser popular por esquiar en sus 350 km de pistas, la estación cuenta con una de las pistas de bobsleigh heladas más antiguas del mundo, para la emoción de los practicantes de taboggan. Los visitantes también pueden disfrutar del curling, el esquí de fondo o ir al parque de atracciones de snowboard.
La vida después de esquiar también es bastante buena. La vida nocturna es conocida por ser extravagante y única, con champán de barril y vistas a las icónicas montañas. En la ciudad de St. Moritz encontrarás grandes nombres de la moda como Asprey, Hermes y Mui Mui, además de tiendas de artículos deportivos y boutiques independientes.
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